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El ejercicio físico es una de las mejores herramientas con las que contamos para mejorar la salud y nuestra calidad de vida.  

Lo mínimo recomendable son 30 minutos al menos tres veces por semana y los beneficios comprobados son: disminución del colesterol malo, asimilación de calcio, control del peso corporal, aumento de tono y fuerza muscular, mejora de la salud cardiovascular, la condición física y el bienestar general, entre otros. 

En verano hay que tomar ciertas precauciones para pasarla bien y evitar situaciones de riesgo durante la práctica de actividad física:

1) Hidratación: al ejercitarnos transpiramos y con el sudor el cuerpo elimina agua y electrolitos como sodio, magnesio o potasio. No esperes a tener sed, toma agua antes, durante y después de tu rutina. Si realizas actividades de alta intensidad o de larga duración, puede ser recomendable tomar bebidas isotónicas.

2) Alimentación: En esta época es más fácil incorporar frutas a nuestra dieta y lo mejor es que además de brindarte vitaminas, minerales y fibras, te ayudaran a mantener una buena hidratación. No hagas comidas demasiado abundantes antes de ejercitarte y en lo posible mantene una dieta equilibrada. 

3) Protección de la piel: Si haces ejercicio al aire libre, es muy importante que cuides tu piel de posibles irritaciones y quemaduras solares. Algunos protectores resisten mejor al sudor y otros, incluso, son específicos para deportistas. Suma elementos como gorros, y lentes de sol para lograr una protección completa.

4) Vestimenta adecuada: Utiliza prendas que faciliten la transpiración y aireación, mejor si son de colores claros y tejidos ligeros. El calzado también es importante, en lo posible usa el adecuado según el deporte que practiques. 

5) Chequeos y consultas: Por último, pero no menos importante, no olvides hacer chequeos médicos y asesorarte con profesionales del deporte para armar tus rutinas de ejercicio.