Rutina eficaz: Cómo cuidar y sanar heridas leves en casa
Si por un golpe o pequeño accidente doméstico tenemos una herida, es importante prestarle atención y brindarle el cuidado adecuado.
Lo primero es identificar la gravedad de la lesión para determinar si es necesario consultar con un médico o no.
Si se trata de raspones o un corte superficial, tanto en adultos como en niños, se puede realizar un tratamiento doméstico que brinde limpieza, protección y curación.
- Limpieza y desinfección:
Este paso es importante para evitar que ingresen gérmenes al organismo y lograr una protección efectiva frente a posibles infecciones.
Los spray antisépticos son ideales para limpiar de forma segura, rápida y sin dolor. Es mejor que el producto no contenga alcohol, ya que si este ingrediente está presente en la fórmula podría irritar y resecar la piel afectada. - Protección:
Exponer una lesión a la luz solar puede inflamar la zona de la herida y complicar su cicatrización. Además es necesaria una barrera para proteger la zona afectada de bacterias del ambiente.
La solución más práctica y eficaz son las Curitas. Están hechas de materiales flexibles que protegen la piel y le proveen un ambiente con las condiciones necesarias para curarse.
Otra opción es realizar un vendaje con gasas y cinta hipoalergenica.
Importante: Cambia el apósito una vez al día o cada vez que se moje o ensucie. - Curación:
En este tercer paso la idea es ayudar a la herida a tener una curación segura y minimizar la posibilidad de que quede una cicatriz.
Una buena opción es aplicar un ungüento a base de vaselina. El producto formará una capa protectora que mantendrá limpia y humectada la herida, lo que facilitará la regeneración de la piel.
Para no irritar la zona afectada, lo mejor es usar un ungüento que no contenta fragancias, colorantes ni conservantes.